Hablar con los amigos además de un placer es una fuente de inspiración.
Etimología y Usos
Una de las consecuencias de mi último artículo publicado (¡Expectativas!) fue una petición de mi gran amigo Joan. Las conversaciones (presenciales, telefónicas, por WhatsApp) con él son siempre una fuente de «darle vueltas a la cabeza» y de ir más allá de la caja (Think out the Box). Pues bien, el reto que me lanzó Joan era el de hacer un artículo sobre las diferencias entre resignación y aceptación.
El tema de primeras parece sencillo, pero tiene su miga. Como hablantes (nativos o no) todos tenemos unas ideas intuitivas sobre lo que significan «resignación» y «aceptación». Usamos estos términos en contextos concretos para referirnos a unos procesos determinados sobre los que tenemos mayor o menor conciencia.
He estado varios días dándole vueltas a cómo enfocar el tema desde la perspectiva del Modelado Conductual (DBM). Por tanto he explorado los procesos a los que etiquetamos como «resignación» y aquellos otros a los que llamamos «aceptación». La puerta de cualquier proceso es el lenguaje (tanto el verbal como el conductual). Por eso me he centrado en el uso habitual que damos a estas palabras.
Antes de seguir con la lectura te invito a que te sientes con una libreta. Si lo prefieres da un paseo o «charla» del tema con alguien. En cualquier caso explora los usos que das a estas palabras. Cuando las pronuncias, ¿en qué contexto es?, ¿a qué experiencia te refieres?

Siempre es bueno tomar notas… Recuerda que «nada es tan poco de fiar como la memoria». Si lo prefieres piensa en aquel proverbio que dice que «es mejor un lápiz pequeño que una memoria grande»…
Bien, una vez hayas hecho la exploración y tomado notas, puedes pasar a «modelar» lo que has pensado/esctrito. Para ello es útil hacerse preguntas:
- ¿En qué contextos uso cada una de estos términos?
- ¿A qué me estoy refiriendo con cada palabra?
- ¿Qué pensamientos/emociones/conductas acompañan a cada uso?
- Similitudes y diferencias
También puedes preguntar a personas próximas qué entienden por «resignación» y «aceptación», escuchar con atención sus respuestas e investigar los matices…
Hoy toca trabajar un poquito…
Si has hecho todo esto puedes darte las gracias y seguro que ahora tienes una comprensión más clara. También es posible que haya aumentado tu confusión. Si es así no te preocupes, la confusión viene antes que la claridad…
Algo que me gusta es conocer la etimología de las palabras y explorar (observar y escuchar) el uso que les dan los hablantes. Empecemos con la etimología…

Pocas veces conocer la etimología de las palabras ha dado unas respuestas tan claras y contundentes. Sólo con sus respectivos prefijos («re-» y «a-«) nos podemos dar cuenta de las diferencias entres ambos conceptos. Así mientras «re» significa «hacia atrás», «ad» significa «hacia». Por otro lado «signare» quiere decir «hacer una seña» y «captare» «tomar, coger». En ambos casos «cion» hace referencia a un efecto o a una acción.
Interesante… Mientras que en «resignación» existe una renuncia, un sometimiento a la voluntad de otro, un conformarse con algo negativo sin hacer nada, en «aceptación» están ausentes estos procesos. Esta última palabra tiene que ver con «recibir voluntariamente», «asumir una molestia», pero no está presente la renuncia.
Aquí podemos preguntarnos precisamente por esta última palabra: ¿concretamente cuál es la renuncia?, ¿a qué estamos renunciando? Para mi la respuesta es «renunciamos a hacer algo», «dejamos que las cosas pasen», «nos ponemos en manos de alguien»…
Hazte esa pregunta: concreta y específicamente, ¿cuál es tu renuncia?
Como he dicho más arriba, me gusta escuchar los usos que damos a las palabras, en que contextos las empleamos, e incluso las «gramáticas» empleadas. Seré políticamente poco correcto:
- Cuando hablamos de «aceptar» es fácil que digamos aquello de «esto es lo que hay, haz lo que creas conveniente».
- En cambio «resignarse» es más fácil asociarlo con «esto es lo que hay, toca joderse».
Diferente, ¿verdad?
Siento/Pienso que hay una situación inicial igual o parecida: una realidad que no podemos cambiar. Esta puede ser un suceso, algo que ha ocurrido, la manera de ser de otra persona, alguna característica nuestra, una enfermedad propia o ajena, en última instancia una desgracia, un objetivo que no hemos conseguido…
¿Qué hacer frente a lo que no podemos cambiar?
Te invito a explorar por tu cuenta, en breve seguiré con este proceso vital que es la «aceptación», investigando sobre qué hacer con lo que no podemos cambiar…
Guau!!!!
Me ha encantado conocer la etimología. Con la resignación, que sería como ir hacia atrás, conecto con que me quedo alimentando, en cuanto al pensar-sentir-hacer, aquello por lo que me siento resignado, me explico: me quedo anclado, no para de darle vueltas, a un suceso pasado y sufro, me siento víctima.
Con la aceptación, que sería hacia, sería como: pues si, esto no me gusta, pero lo mejor que puedo hacer es…
Es como que lo veo, lo comprendo y después sigo hacia delante, no me quedo dándole vueltas.
Es como que comprendes la complejidad de eso y te empoderas, estoy en paz
La resignación la relaciono con el conflicto, con la ira.
La aceptación la relaciono con la paz, con el empoderamiento.
Y una pregunta que me surge:
Se puede aceptar la resignación?
P.D. disculpas por la palabra malsonante
Pedía disculpas por la palabra malsonante, porque en vez de «esto no me gusta» puse ‘esto es una mierda», pero lo rectifiqué, porque en la aceptación, a mí modo de entender, no hay juicio