Una larga charla mientras caminamos
El final del libro de Ignatieff
Como método personal tiendo a eliminar la «casualidad» de la ecuación de la vida. No sé si creo en ella o dejo de creer (al igual que en otras muchas cosas) pero la misma vida te lleva muchas veces a revisar esta especie de «agnosticismo metodológico». Sin ir más lejos en los últimos días.
Creo que todos tenemos la experiencia de estar meses (incluso años) sin tener contacto con alguien, pero cuando lo ves parece como si el tiempo no hubiese pasado y que «fue ayer cuando nos vimos». Es muy curiosa esta experiencia…
Xesco es una de esas personas. Y como si el tiempo no hubiese pasado nos enrolamos, hace unos días, en una larga caminata que dio lugar a una estimulante charla. Una de esas charlas en las que hablas, escuchas y descubres elementos de tu experiencia, de la vida, del mundo en las que «no habías caído antes».
Después de ponernos al día empezamos a hablar (por no callar). Sin rumbo fijo, mezclando temas, descubriendo «gramáticas» comunes de la vida, la política, la religión, la sociedad, el deporte, los seres humanos… Una de esas «gramáticas» fue la GRATITUD.
Hablamos de la gratitud como un valor fundamental para vivir, y de las consecuencias de su ausencia… Dejar de ser agradecidos es uno de los males que aquejan a nuestra sociedad. Ser agradecidos es tomar conciencia del peso que las «acciones» ajenas tienen sobre nuestras vidas y sobre nuestros logros vitales. Tendemos a pensar que todo lo que conseguimos es gracias a nuestro esfuerzo. En último término gracias a nosotros. Aquí no hay espacio para la gratitud, para ser agradecidos.
Hablamos y hablamos sobre el tema, y sobre como la ausencia de gratitud nos aísla de los demás. En un mundo en el que tendemos a considerarnos el centro del mismo, no hay lugar para los demás más que como personajes secundarios de nuestra película.
Con demasiada frecuencia pensamos que todo lo bueno que nos sucede es gracias a nosotros, a nuestro esfuerzo, sacrificio, inteligencia… Y en paralelo que todo lo malo, nuestros fallos y fracasos son culpa de los demás… Pasamos del culto al ego al victimismo con una facilidad pasmosa…
No es mi intención entrar en contenido. No me interesa demasiado si todo lo bueno es gracias a mi y todo lo malo culpa ajena. No es este el tema. Lo importante son las consecuencias de pensar de este modo: Todas aquellas formas de vanidad y victimismo que podamos pensar.
Pienso que una buena «vacuna» frente a estas «egolatrías varias» (también el victimismo es una de esas egolatrías) es la gratitud, el agradecimiento a todas aquellas personas que nos han acompañado (y nos acompañan) en la vida y nos han ayudado a ser quiens somos.
Con mis «impacientes» suelo utilizar una formulación contraria a la anterior: «Todo lo bueno que me sucede es gracias a los demás, y todo lo malo es culpa mía» . Quiero dejar bien claro que es una aproximación metodológica, una vacuna radical, que se pone en los extremos para ser más gráfica, más explícita.
Explicando este método diría que la vida nos ofrece oportunidades y que es nuestra responsabilidad aprovecharlas o no. En esta génesis de oportunidades la presencia de los demás es fundamental. Madres y padres, parejas, hijos, hermanos, familia, amigos, educadores, entrenadores, colaboradores, jefes y empleados, clientes y proveedores…, de un modo u otro nos proporcionan oportunidades vitales. Aquí radica una parte del agradecimiento, sin estas personas no hubiesen emergido estos escenarios.
Queda claro que hay mucho más en esta reflexión, pero como siempre es importante «no mirar el dedo que señala la luna». Es importante mirar la «luna» desnuda sin excusas ni justificaciones. Sin peros.
Hace unas horas he acabado de leer un libro maravilloso: Isaiah Berlin, su vida. El autor es Michael Ignatieff. Recomiendo su lectura, ayuda a comprender las propias identidades y contradicciones (¡el drama interior!). Y como la vida se empeña en mostrar, ¡quizá la casualidad exista!

Al final del libro, en los agradecimentos (¿otra casualidad?) su autor (Michael Ignatieff) habla del editor y albacea de Isaiah Berlin (Henry Hardy) y toda la ayuda que este le prestó. Expresa su agradecimiento con un párrafo para enmarcar:
«No se le puede hacer responsable de ninguna de las imprecisiones que puedan haber quedado y merece la parte del león en cuanto al mérito que pueda tener la exactitud lograda».
No podría decirlo mejor…
Gracias a todos los «xescos y xescas» que nos acompañan en este viaje que es la vida.
Xesco es una persona inquieta, polifacética… Futbolista, educador, pintor, ocurrente, gran polemista, un «hermano»… En mi despacho guardo un cuadro que me regaló… Ser agradecidos…

No es este el cuadro que tengo, pero «fumerals»…
Pues también pienso que es muy importante ser agradecido. Cuando Alick y yo empezamos a convivir, empecé a percibir que él me daba muchos veces las gracias y yo pensaba: «Si me da tantas veces las gracias, es porque yo hago mucho y él hace poco». Cómo mis distorsiones de la realidad son para darme palmaditas en la espalda, quise entenderlo y hablé con él sobre el asunto y me dijo que valoraba mucho todo lo que hacía en casa y por él. Después de esta conversación, empecé a imitarlo y realmente me di cuenta de cuantas cosas hace Alick en casa y por mi. Habían muchas cosas que ni siquiera se las valoraba, pero el empezar a darle las gracias, cosa que él me enseñó, me ayudó a valorar las cosas más obvias, pero también lad menos obvias, las mas pequeñas o más cotidianas, como por ejemplo que me deje pasar en la cocina (es pequeña), o no encienda la luz para no despertarme.
Gracias por el artículo Rafa y a Xesco y a todos los que lo han hecho posible. Me resultará muy útil haberlo leído, habéis contribuido a que en una pareja siga reinando el amor.
Gracias Gracias Gracias 🙏🏽
Por el viaje mientras caminábamos(es lo que sentí al leer estas líneas)
Me sentí una Xesca también.
En cuanto a la Gratitud pienso que es uno de los grados de consciencia más elevados, que creí por un tiempo que todos estábamos allí de una o cierta forma así sea montados en el tren de la montaña rusa, sin embargo, luego de ver muchos espejos, logré percatarme que debía aceptar que la Gratitud invade a los nobles de corazón y que el saboteo egoico no los resquebraja.
Linda nota, en gratitud por la caminata.
PD: Xesco es un gran ser 😉
Gracias por compartir tus enseñanzas con todos ,eres una gran persona,al mundo entero le harían falta muchos paseos como el que terminas de contar…todo sería diferente