El Triángulo del Drama es uno de los «Juegos Sociales» más practicados.
A quienes no se resignan a «jugar».
Antes de leer este post sería interesante que le echases un vistazo a la entrada «AT: Análisis Transaccional» que encontrarás en la pestaña Técnicas. Pincha aquí.
Eric Berne introdujo en el campo de la psicología y de la sociología el concepto de «Análisis Transaccional», esto es, el análisis de las interacciones entre personas siguiendo un modelo sencillo e intuitivo, el modelo PAN, acrónimo de Padre-Adulto-Niño. Estos tres elementos son los llamados «estados del yo», «lugares» desde los que interactuamos.
A partir de este modelo se describen toda una serie de «Juegos Sociales», los cuales describen formas estereotipadas de relación, una especie de Roll Play. De entre estos juegos, uno de los más conocidos es el Triángulo de Karpman. Este modelo fue desarrollado por Stephen Karpman, discípulo de Eric Berne.
Una representación de gráfica de este modelo es la que sigue:

La representación clásica consiste en un triángulo invertido en el que el vértice (la Víctima) está en el extremo inferior, quedando en la parte superior la pugna entre Perseguidor y Salvador. Este es un modelo sistémico, es decir, los tres estados se complementan, se transforman e interrelacionan… Estos tres estados conforman una estructura y se describen cada uno de ellos mediante la relación que establecen entre sí. Esto es, sólo podemos describir al Perseguidor en relación con Salvador y Víctima. Lo mismo vale para los otros estados
Si seguimos el modelo PAN y lo relacionamos con el Triángulo de Karpman, los tres estados tienen la siguiente correspondencia:
- La Víctima con el Niño adaptado, en su dimensión sumisa y también con la rebelde, que es la que le permite convertirse en Perseguidor (a ojos de otra persona). No podemos perder de vista que agresión y sumisión son las dos caras del mismo proceso.
- El Perseguidor con el Padre autoritario.
- El Salvador guarda relación con el Padre protector.
Eric Berne nos invita a relacionarnos desde la honestidad para él representado por el Adulto (el cual no aparece en el TdK), sin recurrir a estos juegos. Insisto el de Karpman es uno de los juegos más tóxicos, de los más dramáticos.
No es fácil vivir desde el Adulto y no caer en el TdK. Si me permites tres consejos para salir de este juego (puesto que desde dentro del juego nunca hay solución), ahí van:
- Para no caer en el estado Víctima, asume tu responsabilidad en lo que te está sucediendo. A esto se le llama «empoderarse». Responsabilidad = Poder, si no tienes responsabilidad no puedes…
- Para no ser Salvador ocúpate de tus asuntos, no quieras arreglarles la vida a los demás, abandona el paternalismo y la condescendencia.
- Respeta a los demás y sus decisiones para salir del Perseguidor. Respeta sus límites, deja de quererte imponer.
Evitando ciertos comportamientos tal vez podemos encontrar un espació vacío en el que actuar con honestidad, libres de rolles, de máscaras…
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